miércoles, 25 de julio de 2012

Apuntes IV


"La ambigüedad es inherente al ser humano; el bueno puede ser un poco malvado y el malo demostrar algo de bondad"

Creo que ya fastidie a Dios con tantos rezos; o tal vez será debido a mi hipocresía.

Sí somos muchos los pesimistas, pero no tenemos la culpa de que las cosas vayan mal.

Vivir sin dormir, si no hasta el momento de morir.

La realidad es el resultado de múltiples fantasías.

Quisiera permanecer en este estado, un instante eternizado.

A la justicia la representan con una venda en los ojos, el amor es ciego, la felicidad no se puede definir; de milagro estamos vivos.

Tengo tiempo para malgastarlo; quisiera dinero para lo mismo.

Una gota de nobleza, puede llenar un desierto de indiferencia.

Una persona realmente valiosa, no vive preocupada por el reconocimiento de los demás.

Un necio que convence a una multitud, en reiteradas ocasiones, se considera a si mismo como un iluminado.

Pensé que era prudente esperar y cuando reaccioné, el silencio me había enmudecido y el tiempo me dejó olvidado. Vivo anclado a mi pasado.

Agua y aceite, una mano acaricia, la otra aprieta fuerte; a pesar de ser estricto, ansia y paz, en conflicto, dentro del mismo continente.

Demasiadas palabras y frases sin sentido; la manera en que cada uno va buscando su propósito, tiende a ser ridícula.

¿Estás proponiendo, respondiendo o te encuentras absorto en tu monólogo?

Muchos gritos, muchas sentencias que se presumen verdad, pero pocos se detienen a escuchar y a pensar.

Seguramente hoy puede ser un gran día, pero también voy a desperdiciarlo, atendiendo mis tediosas rutinas.

Y pensar que de un improbable estallido, floreció esta compleja red de egoísmos impredecibles, que suelen unirse para crear líos por nada...

Cuando debes irte, se queda algo de Ti, en los lugares y los aposentos, es el fantasma de tus deseos, aferrando sus momentos predilectos.

No me sigas... tampoco sé a dónde voy... no es lo mismo que andar perdido... no quiero ser responsable por nadie más... busca tu laberinto.

Lluvia, blues y una cerveza bien fría... sólo me falta el calor de un buen cigarro entre mis labios...

No te frustres por aquello que no puedes obtener... mejor piensa que sí te alcanza para un six de chelas bien frías...

Mi conciencia es muda, yo me hago el sordo... somos la pareja perfecta...

Ahorititita, lo único que no me duele, es la conciencia...

Un momento sin palabras, mientras un deseo es aprisionado por dos bocas; un par de lenguas al tratar de enlazarse, intensifican el placer; dos individualidades se estrechan en cálido y ansioso abrazo; todo en pares y lo que es singular, se complementa.

Nunca tengo nada que decir, pero soy un terco muy reincidente y me pongo a escribir...

Demasiada información y muy poca atención. Lluvia de palabras que caen directo al drenaje de la indiferencia.

Siempre por algo más, aunque sea trivial, insignificante, dañino. No es ignorancia, sólo insatisfacción irracional e insaciable...

El tiempo tiene la capacidad de acortarte los buenos momentos y alargarte los indeseables...

La cortesía mantiene las relaciones en un nivel de respeto mutuo; aunque algunas frases amables salen sobrando, tampoco hacen daño...

No importa si das tres pasos para adelante y uno hacia atrás, el asunto es no dejar de caminar...

Hoy inicia el camino, el pasado es recuerdo que se distorsiona al alejarse, el presente nada puede retener y el futuro es ilusión incierta.

Hay que ir atesorando, para cuando llegue el tiempo de ir perdiendo...

martes, 10 de julio de 2012

Un poco de lo que necesito cada día, para aprender a vivir


Un poco de tiempo para mirar las estrellas y no deberle nada a nadie. Unos cuantos besos para sospechar el placer. Un poco de tranquilidad para imaginar el futuro. Unas cuantas palabras para abatir la indiferencia. Un poco de temor para dominar las ansias. Un poco de ilusión para soportar la realidad. Un poco de vértigo para palpitar con la vida. Un poco de apatía para considerar otros rumbos. Un poco de violencia y odio, para establecer límites (internos y externos). Un poco de desesperación, por la perfección, para estar justo en el momento indicado. Un poco de ocio, para volver con ánimo a las obligaciones. Unas cuantas mentiras, para ejercitar la imaginación. Un poco de prisa, para complacer a los demás. Un poco de gratitud para quien da sin pedir. Un poco de resignación para vivir con lo inevitable. Un poco de pericia, (y paciencia) para adentrarse en el movimiento. Un poco de respeto, desde lo que se hace y lo que se dice. Un poco de silencio, cuando lo amerita la ocasión. Un poco de inteligencia, para cada experiencia; aunque no sepa lo que es, ni lo recuerde después. Un poco de tolerancia, para no caer en el equívoco, de que todo lo que no me agrada es repugnante. Un poco de humildad, para escuchar sinceramente a los demás. Un poco de amor, (como sea que lo entienda) para intentar ponerme en el pellejo de otra persona. Un poco de rebeldía, para dejar bien clara una postura. Un poco de desapego, para no resultar afectado por cosas imposibles. Un poco de pensar antes de hablar, para no dar consejos sin ton ni son. Un poco de autocontrol, para no quedar humillado ante los vicios. Un poco de dignidad, para que la voz de la conciencia no tenga que reclamar. Un poco de entereza, para afrontar las sensibles pérdidas. Un poco de oración, para encontrar tranquilidad. Un poco de disciplina, desde el fuero interno, para no restar en los esfuerzos comunes. Un poco de soledad, para disfrutar los ruidos y la vista, de mi pedazo de mundo. Un poco de aire puro, para morir a gusto.