Calma en la nada,
silencioso
calor y letargo,
suave polvo
amargo,
viejo sol,
derrite las
palabras.
Aire cantor
arrulla al
vacío,
coro de
perros,
ritmo de
grillos,
charla de
pájaros,
labor en la
colmena,
lágrimas
olorosas
en la piel
descascarada,
de un
anciano árbol.
Hojas secas,
como
pensamientos,
cayendo
ligeras.
Pensamientos
en tristes
colores,
caen sin
aviso,
cual hojas
secas.
Gusanos
audaces,
remontan el
lodo,
trepan al
alimento
que todavía
resuella.
Mis manos
bailan
con nubes
raudas,
en la
pizarra azul
de la
esperanza.
Noche, hoy
te pido
demores
en llegar,
deja al día
extenderse,
posarse en
las cosas,
como un
sueño perenne.
Alguna vez seré
envuelto
por la tierra,
el cielo escupirá
sobre mí,
la
eternidad me verá
callar en
su silencio.
Noche, bien
sabes que
no todos
los días
es
diciembre.