sábado, 27 de agosto de 2011


Calma en la nada,
silencioso calor y letargo,
suave polvo amargo,
viejo sol,
derrite las palabras.
Aire cantor
arrulla al vacío,
coro de perros,
ritmo de grillos,
charla de pájaros,
labor en la colmena,
lágrimas olorosas
en la piel descascarada,
de un anciano árbol.
Hojas secas,
como pensamientos,
cayendo ligeras.
Pensamientos
en tristes colores,
caen sin aviso,
cual hojas secas.
Gusanos audaces,
remontan el lodo,
trepan al alimento
que todavía resuella.
Mis manos bailan
con nubes raudas,
en la pizarra azul
de la esperanza.
Noche, hoy te pido
demores en llegar,
deja al día extenderse,
posarse en las cosas,
como un sueño perenne.
Alguna vez seré
envuelto por la tierra,
el cielo escupirá sobre mí,
la eternidad me verá
callar en su silencio.
Noche, bien sabes que
no todos los días
es diciembre.