domingo, 3 de abril de 2011

Amor, iré a morir. ¿De amor moriré? Si mueres por amor, no amas a morir. Mejor iré a amar, antes de la inminente muerte. A la mar de amor he ido, armada el alma de amores. Donde mores alma, ama. ¿Dónde moras alma enamorada? More en ti el amor mientras vivas. Amada alma mía, alas da el amor. Alada amada ¿dónde andas? No amordaces al amor, ni seas mordaz al amar. Arde haciendo alarde de amor, no tardes en darte al arte de amar, completo, no en partes. Descansa las ansias, apacienta la paciencia, instruye la inteligencia con diligencia. Demora a la muerte amando, ya sabes que perecer es tu sino, ¡oh, mortecino destino!, sin embargo persiste en amar. Buena o mala suerte, pero si la muerte será tu final, muere amando, mas no mueras de amor. Mereces amor perenne y veraz; ama y sabrás que aún si desapareces, el amor no fallece. Aunque amoroso, irás del gozo al pozo, entonces deja la pereza y ve con entereza a través de la zozobra, aprecia tus obras, mira que no sobran si rebozan de amor. Sed de amor sin saciedad, satisfacer al amar; no andes por las ramas, tu trama que sea sin drama si tratas de amar. Me lo digo, no hay cinismo, sin eufemismos, que no es lo mismo practicar el onanismo que aprender a amarse uno mismo y en el mutismo, disimulo, emulando al amor. ¿Has ido solo, a tu sino, asido y atado a ti mismo? No lo llames egoísmo.